Vistas de Barcelona y el mar desde la Collserola
Hay una cosa de Barcelona que me encanta: sus perspectivas. En Barcelona a cada paso, casi en cada calle ves algún monumento a lo lejos (o no tan monumento, pero representativo de algo...).
Decía mi amiga Iris que los urbanitas somos miopes (vaya, yo no, pero me solidarizo contigo) porque no ejercitamos la vista a distancia. Si te fijas, en la ciudad normalmente no miras más allá de unos pocos metros, no tienes largas extensiones de prados verdes hacia los que perder la mirada y el horizonte no es tal.
Pero en Barcelona es distinto. Primero porque estamos al amparo del Mediterráneo, así que te puedes ir a hacer movimientos oculares a la orilla del mar y perder la mirada en el infinito azul. Y, segundo, porque si echas a andar por el Eixample, es fácil mirar al fondo y ver el huevo (alias la torre Agbar), la Sagrada Familia, las torres Mapfre y, sobre todo, la Collserola y el Montjuic. Y eso no tiene precio, amigo.
Ya lo comenté hace tiempo, antes de mudarme a Sant Antoni yo caminaba hacia casa por las tardes y veía el huevo a lo lejos y me daba un buen rollito que no te lo crees... Luego cambié de casa y de camino al curro, Eixample arriba, veía la Collserola, y eso me daba mejor rollito todavía. Y ahora que he cambiado de oficina tengo la sierra en frente. Y tú sabes lo que es que te den morcilla en el curro a todas horas y tú, te paras, miras al horizonte y piensas "este fin de semana me voy a ir a dar un paseíto por el campo y se me van a pasar todos los males...". [Luego llega el domingo y llueve, que este otoño está siendo feo, feo, pero en ese momento te lo crees y te quedas mucho más a gusto.]
Como no me he sumado a la moda de tener una súper cámara reflex digital y encima soy la peor fotógrafa de la ciudad, no tengo buenas fotos de perspectivas de Barcelona, pero casi mejor, que así te vienes tú a verlas. Y si de paso me mandas las fotos, prometo actualizar la entrada. (:
Y ya que estamos, hagámosle un pequeño homenaje a la Iris y al Antonio que acaban de conocer a Gael, por fin, de la voz de Miguel Hernández.
Menos tu vientre
todo es confuso.
Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado,
baldío, turbio.
Menos tu vientre
todo es oculto,
menos tu vientre
todo inseguro,
todo postrero,
polvo sin mundo.
Menos tu vientre
todo es oscuro
menos tu vientre
claro y profundo.
