De las pequeñas pérdidas y los grandes avances... y de la vida en Barcelona (:

sábado, 19 de enero de 2008

Alquiler de piso en Barcelona

No por desanimar a nadie que esté pensando en mudarse a o en Barcelona, pero es un infierno. Precios de vértigo, fianzas de tres meses, avales bancarios de seis meses, sin ascensor, sin calefacción, viviendas que no son tales e incluso en algunos casos sin cédula de habitabilidad...

Me cago en la propiedad privada, directamente. Vamos, que haya individuos que tengan más de un piso en propiedad y se dediquen a especular con la venta y el alquiler, mientras los demás nos desvivimos por pagar el alquiler de un piso de mierda, tiene delito. Desde luego, que la mitad del país dedique la mitad de su sueldo a pagar una hipoteca o un alquiler, es ridículo y obliga a replantearse un estilo de vida que está claro que no funciona.

Mientras tanto, ¿qué hace el Estado? Dar ayudas a los menores de 30 años que cobran menos de 22.000 € al año. Y a los demás que nos zurzan, aunque vivamos en una ciudad con precios inaccesibles. Por no poder, ni desgravar el alquiler asesino; gracias paisano, a eso le llamo yo socialismo...

En las primeras elecciones autonómicas en que Gallardón optó a la alcaldía de Madrid prometió que tomaría medidas para que los jóvenes pudieran vivir en el centro, con el ánimo de evitar que el centro de la capital se vaciara de gente y se llenara de oficinas única y exclusivamente. Me consta que las medidas, si es que se ha adoptado alguna, no han surtido efecto y los jóvenes madrileños están llegando ya a Toledo (ahora con el AVE a Segovia, y quién sabe si en breve a Valladolid). Y, en Barcelona, empieza a pasar lo mismo. La gente joven no tiene opción y se tiene que ir lejos del centro o incluso fuera de la ciudad. Y ya no para poder comprarse un piso cuya hipoteca pueda pagar, ¡sino para poder afrontar un alquiler en un piso decente!

En realidad, la Iglesia debería agradecerle a Zapatero que tampoco él haya adoptado las medidas que prometió, ya que el precio de la vivienda une más que cualquier afecto posible y crea y mantiene familias nacidas de la necesidad de compartir una hipoteca o un alquiler. Y es que ya se viene diciendo hace tiempo: une más la hipoteca que el matrimonio. Ahora tendremos que añadir el alquiler a la frasecita.

¡Solteros y sin techo del mundo uníos!

Jeje, me he vuelto a quedar a gustito, ole: Fdo. la Marías de las bitácoras

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