De las pequeñas pérdidas y los grandes avances... y de la vida en Barcelona (:

domingo, 20 de enero de 2008

Sol, patines y calçots

No sé si será la edad o la falta de rayos ultravioleta durante tanto tiempo, pero los fines de semana parezco una lagartija al sol (:

Mirad el sol que ha hecho en Barcelona este fin de semana.

Playa de BarcelonaPlaya de Barcelona
La playa de Barcelona en un día soleado
Pictures by Rebeca

Y, aprovechando el solete he decidido cumplir con uno de los propósitos de año nuevo. Me he apuntado a uno de los deportes preferidos de los barceloneses: me he comprado unos patines y me he tirado todo el fin de semana playa arriba, playa abajo. Qué buen rollo, me encanta ser atlética, jeje. La verdad es que cuando consigues mantener el equilibrio es una sensación de puta madre. Yo todavía tengo los reflejos de cuando patinaba hace XXX años, pero no la práctica... digamos que he arriesgado la vida en más de una ocasión, pero en cuanto consiga frenar todo irá bien...

Patines - Barcelona
Los míos son los oscuritos, una miqueta lletjos, pero cómodos, y llevo rodilleras (:
Picture by Rebeca

Y, cómo no, para completar el día de asueto, una buena comilona de domingo. ¡Por fin he comido calçots! Ya pensaba que se me pasaba la temporada sin probarlos, uf. Bueno pues mis mentores en el patinaje, es decir, la Rebe i el Roger, me han llevado a un barecillo cutre y oloroso en el Clot donde nos han servido unos calçots rebozados la mar de ricos. La pena ha sido que hemos llegado tarde y ya no les quedaban para hacerlos a la brasa (que son los calçots ricos, ricos), pero el fin de semana que viene los reservo (:

Calçots - Barcelona
Calçots, una mezcla entre puerro y cebolla muy típico en Cataluña

sábado, 19 de enero de 2008

Alquiler de piso en Barcelona

No por desanimar a nadie que esté pensando en mudarse a o en Barcelona, pero es un infierno. Precios de vértigo, fianzas de tres meses, avales bancarios de seis meses, sin ascensor, sin calefacción, viviendas que no son tales e incluso en algunos casos sin cédula de habitabilidad...

Me cago en la propiedad privada, directamente. Vamos, que haya individuos que tengan más de un piso en propiedad y se dediquen a especular con la venta y el alquiler, mientras los demás nos desvivimos por pagar el alquiler de un piso de mierda, tiene delito. Desde luego, que la mitad del país dedique la mitad de su sueldo a pagar una hipoteca o un alquiler, es ridículo y obliga a replantearse un estilo de vida que está claro que no funciona.

Mientras tanto, ¿qué hace el Estado? Dar ayudas a los menores de 30 años que cobran menos de 22.000 € al año. Y a los demás que nos zurzan, aunque vivamos en una ciudad con precios inaccesibles. Por no poder, ni desgravar el alquiler asesino; gracias paisano, a eso le llamo yo socialismo...

En las primeras elecciones autonómicas en que Gallardón optó a la alcaldía de Madrid prometió que tomaría medidas para que los jóvenes pudieran vivir en el centro, con el ánimo de evitar que el centro de la capital se vaciara de gente y se llenara de oficinas única y exclusivamente. Me consta que las medidas, si es que se ha adoptado alguna, no han surtido efecto y los jóvenes madrileños están llegando ya a Toledo (ahora con el AVE a Segovia, y quién sabe si en breve a Valladolid). Y, en Barcelona, empieza a pasar lo mismo. La gente joven no tiene opción y se tiene que ir lejos del centro o incluso fuera de la ciudad. Y ya no para poder comprarse un piso cuya hipoteca pueda pagar, ¡sino para poder afrontar un alquiler en un piso decente!

En realidad, la Iglesia debería agradecerle a Zapatero que tampoco él haya adoptado las medidas que prometió, ya que el precio de la vivienda une más que cualquier afecto posible y crea y mantiene familias nacidas de la necesidad de compartir una hipoteca o un alquiler. Y es que ya se viene diciendo hace tiempo: une más la hipoteca que el matrimonio. Ahora tendremos que añadir el alquiler a la frasecita.

¡Solteros y sin techo del mundo uníos!

Jeje, me he vuelto a quedar a gustito, ole: Fdo. la Marías de las bitácoras

domingo, 6 de enero de 2008

El parque de la Collserola

Mi regalo de reyes: un paseo por la Collserola y un día de sol de escándalo.

La Torre de telecomunicaciones de Norman Foster y el TibidaboVista panorámica de Barcelona desde la Collserola
La Torre de telecomunicaciones de Norman Foster - Panorámica de Barcelona desde la sierra de la Collserola, mira el huevo (Torre Agbar) y la Sagrada Familia, parece que estén al ladito

Hacía tiempo que quería ir pero no había conseguido engañar a nadie que quisiera venir conmigo (en Barcelona la people es igual de "seta" que en cualquier otro lado...). Llegar ha sido un problema, aunque me habían dicho que se llega guay con el transporte público tenía que airear al toledín y decidimos ir en coche. Y una vez más se ha hecho evidente que no solo soy pez de ciudad (salmonete, para ser más exactos), sino que soy peatón... vaya, que yo las rondas esas no las entiendo, igual que nunca entendí las Ms madrileñas, que a pie llego a cualquier parte, pero en coche... doy unas pocas de vueltas de más. Después de bordear la Collserola casi entera hemos encontrado la Carretera de les Aigües y hemos hecho el camino de ida y vuelta, con una parada en el único bar que hay, donde hemos comido una botifarra con escalivada estupenda. Para la próxima preparo una focaccia y ya seremos los domingueros perfectos (versión fashion, eso sí, que la tortilla de patata me da pereza...).

Nos hemos encontrado con un montón de sanotes que dedican la mañana del domingo a correr incansablemente por la sierra, a ciclistas con unas piernas que dan miedo, a abueletes que se mantienen en forma paseando... hemos comido piñones caídos de los pinos (como en El Saler de nana) y nos ha abordado una manada de cabras y ovejas, seguramente lo más surrealista del día. Ya sé que encontrarse ovejas en el monte no tiene nada de surrealista, pero es que han aparecido de repente, iban a toda leche montaña abajo, se han plantado en la carretera y nos han pasado por al lado como si nada. Me ha molado, aunque pasan del mundo y no se dejan tocar ni na'. Son ariscas, o van a la suya, pero me gustan.

El único fallo que le saco al día, por no desistir de mi complejo Javier Marías, es que no hemos comido calçots, pero todo se andará.



Ovejas en la CollserolaOvejas en la Collserola
Cabras y ovejas en la sierra de la Collserola, Barcelona

Sendero del Parque de la CollserolaComiendo piñones en la Collserola
Sendero del Parque de la Collserola, Barcelona

Pinada de la CollserolaLa copa de un pino de la Collserola
Pinada de la sierra de la Collserola, Barcelona

Cactus de la CollserolaCactus de la Collserola
Cactus del Parque de la Collserola, Barcelona

Pues eso, una alternativa al estresante día de reyes. Y un propósito de año nuevo: ahora que vivo en un lugar con clima privilegiado, voy a volver a darme paseos por el monte (las cañas para el final del día, Mjo y Xavi, ja ho sabeu) y, en cuanto pueda, me traigo la bici de montaña y con una miqueta de sudor, para el año que viene voy a estar tela de atlética (:

Tráfico visto desde la Collserola
Tráfico en una Ronda, el día de Reyes

viernes, 4 de enero de 2008

La tele hace compañía

Le tengo bastante tirria a la tele, porque a mi de verdad que me atonta, tengo una capacidad especial para engancharme a cualquier serie cacosa de esas que ponen. Por eso hace años que no veo ninguna (valga la excepción del palizón de Anatomía de Grey que me metí el último mes que estuve en Irlanda… que ñoña que es…) y ocupo mi tiempo en otras cosas que me molan más y que colman ese sentimiento moderno de “tengo que hacer algo útil con mi tiempo”.

Pero últimamente estoy abusando de la televisión, en silencio. Verás, vivo sola, y el caso es que me gusta, pero a veces inevitablemente te hace falta compañía. Y en esos momentos, aunque lo que me apetece es escuchar el último disco que me haya agenciado (ahora mismo Limón, ¡cómpratelo, es una orden!), enciendo la tele, le quito el volumen, le doy al play, suena la musiquilla y me pongo a hacer punto o me siento al ordenador. En realidad, es una chorrada, porque no escucho la tele y tampoco la puedo mirar (no me da la técnica para tanto…), pero, te digo, me hace compañía.

Ya veremos que hago con lo del apagón analógico, porque no sé si las rayas serán suficiente compañía (:


La menda lerenda

Archivo del blog

Datos personales