Como siempre, lo mejor del fin de semana, la compañía, Salva, Pepa y Rufo, nos lo hemos pasado pipa... Pero, las estrellas han sido el Chillida Leku (véanse las fotos a continuación) y la tortilla de patata ('taba yo muy entretenida comiéndomelas y no caí en hacer fotos...).
El Chillida Leku es un paraíso místico, una auténtica maravilla de la naturaleza, porque las esculturas ya se han mimetizado y se han culminado al aire libre en un paraje típicamente vasco. Y qué decir de la tortilla de patata vasca que te traslada al paraíso terrenal, no he probado otra igual, en tascas cutres y en el mejor garito de pinchos de San Sebastián, a fuego negro, toooodas excepcionales, con el huevo y la patata en su punto justo... Puede que fuera con ganas porque en Barcelona todavía no me he comido una sola tortilla de patatas decente... ahí va una provocación a ver si alguien conoce un buen sitio (:
Lo dicho, las esculturas de Chillida son parte del paisaje...
Después de tres meses he vuelto a ver llover, seguramente el tiempo acompañó en la visita.
¿Blanco y negro? ¿color?
Interpretaciones
De las pequeñas pérdidas y los grandes avances... y de la vida en Barcelona (:
martes, 11 de diciembre de 2007
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