De las pequeñas pérdidas y los grandes avances... y de la vida en Barcelona (:

domingo, 6 de enero de 2008

El parque de la Collserola

Mi regalo de reyes: un paseo por la Collserola y un día de sol de escándalo.

La Torre de telecomunicaciones de Norman Foster y el TibidaboVista panorámica de Barcelona desde la Collserola
La Torre de telecomunicaciones de Norman Foster - Panorámica de Barcelona desde la sierra de la Collserola, mira el huevo (Torre Agbar) y la Sagrada Familia, parece que estén al ladito

Hacía tiempo que quería ir pero no había conseguido engañar a nadie que quisiera venir conmigo (en Barcelona la people es igual de "seta" que en cualquier otro lado...). Llegar ha sido un problema, aunque me habían dicho que se llega guay con el transporte público tenía que airear al toledín y decidimos ir en coche. Y una vez más se ha hecho evidente que no solo soy pez de ciudad (salmonete, para ser más exactos), sino que soy peatón... vaya, que yo las rondas esas no las entiendo, igual que nunca entendí las Ms madrileñas, que a pie llego a cualquier parte, pero en coche... doy unas pocas de vueltas de más. Después de bordear la Collserola casi entera hemos encontrado la Carretera de les Aigües y hemos hecho el camino de ida y vuelta, con una parada en el único bar que hay, donde hemos comido una botifarra con escalivada estupenda. Para la próxima preparo una focaccia y ya seremos los domingueros perfectos (versión fashion, eso sí, que la tortilla de patata me da pereza...).

Nos hemos encontrado con un montón de sanotes que dedican la mañana del domingo a correr incansablemente por la sierra, a ciclistas con unas piernas que dan miedo, a abueletes que se mantienen en forma paseando... hemos comido piñones caídos de los pinos (como en El Saler de nana) y nos ha abordado una manada de cabras y ovejas, seguramente lo más surrealista del día. Ya sé que encontrarse ovejas en el monte no tiene nada de surrealista, pero es que han aparecido de repente, iban a toda leche montaña abajo, se han plantado en la carretera y nos han pasado por al lado como si nada. Me ha molado, aunque pasan del mundo y no se dejan tocar ni na'. Son ariscas, o van a la suya, pero me gustan.

El único fallo que le saco al día, por no desistir de mi complejo Javier Marías, es que no hemos comido calçots, pero todo se andará.



Ovejas en la CollserolaOvejas en la Collserola
Cabras y ovejas en la sierra de la Collserola, Barcelona

Sendero del Parque de la CollserolaComiendo piñones en la Collserola
Sendero del Parque de la Collserola, Barcelona

Pinada de la CollserolaLa copa de un pino de la Collserola
Pinada de la sierra de la Collserola, Barcelona

Cactus de la CollserolaCactus de la Collserola
Cactus del Parque de la Collserola, Barcelona

Pues eso, una alternativa al estresante día de reyes. Y un propósito de año nuevo: ahora que vivo en un lugar con clima privilegiado, voy a volver a darme paseos por el monte (las cañas para el final del día, Mjo y Xavi, ja ho sabeu) y, en cuanto pueda, me traigo la bici de montaña y con una miqueta de sudor, para el año que viene voy a estar tela de atlética (:

Tráfico visto desde la Collserola
Tráfico en una Ronda, el día de Reyes

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